Este tipo de masaje fija su atención en descargar la tensión acumulada, se aplica de forma lenta y con una presión firme y progresiva, siendo su efecto de relajación y disminución del tono muscular a través de un contacto no agresivo por parte de la persona que lo aplica. Los beneficios pueden verse tanto a nivel físico como psíquico:
Los músculos recuperan la elasticidad y desaparecen los signos de tensión.
Por su parte, en el sistema nervioso el masaje proporciona una sensación relajante y logra disipar la tensión y preocupación.
En el sistema circulatorio activa la circulación, aumentando la oxigenación de los tejidos.
En la piel, el peeling o fricción de la piel al masajearla, ayuda a liberar desechos y a eliminar células muertas.